
No deja de ser cierto lo manifestado por el loro – porque aquellos paladines del oportunismo, sin hacer ningún mérito que respalde su angurria, se irrogan los aumentos de sus salarios sin ningún descaro – pero lo que es deleznable es la calidad del emisor de la queja, ¿tendrá alguna autoridad?... uno termina concluyendo lo contrario al escuchar, en la misma entrevista, su balbuceo para responder los números de su propio sueldo.
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