En el puerto de Pucallpa suelen establecerse algunos militares venidos de otras regiones, quienes con sus cartelones y poses guerreras procuran conseguir voluntarios para el servicio militar. Ante la poca disponibilidad voluntaria de los jóvenes, muchos de aquellos recurren a una propaganda demagógica para seducir a los más incautos y hay otros que no dudan en realizar redadas como antaño. Esta caricatura es un pequeño reflejo de los que suele suceder
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