También le dicen “Pistolas” y debe ser por la manera que tiene de vestir y de bailar. Usa botines como un wenster americano y cuando baila parece que está librando un duelo como hacían antaño en el viejo oeste. Es mi incorregible colega Julio Reyna, profesor de carpintería. Al parecer es muy devoto, porque es el único quien suele mencionar a Dios en una reunión. Es más, a mí ya no me llama de nombre, me dice Cristo. Cada vez que me topo me dice como un rezo, Cristo nos da la libertad. Genial, Julito.
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