El genocida más salvaje de nuestro país, Abimael Guzmán, no encontró mejor publicista para su libro “De puño y letra” que el propio Ministro del Interior, el señor Aurelio Pastor porque desde el día que salió en los medios censurando aquella publicación por, según él, ser apologista con el terrorismo, paradójicamente, me provocó leer el libro (y seguro que a otros también). Sin embargo, afortunadamente, unos días después pude revisar algunas columnas periodísticas de respetables intelectuales en las que se descuartizaba con argumentos académicos la valía de ese libro. Eso fue suficiente para disuadirme de mi intención. En resumen. Este ministro resultó ser más apologista de Sendero que el abogado defensor de Abimael.
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