Esta caricatura pertenece también a mis archivos. Recuerdo que vino una vez una psicóloga a ofrecer un taller sobre Tutoría. La charla fue amena y el discurso sobre la convivencia y la armonía, al parecer caló profundo en algunos colegas que tenían ciertas rencillas. Públicamente, hasta con lágrimas, pudimos ver autorreconocimientos de faltas y celebración de disculpas y el reanudo de simpatías. Yo, hubiese querido que tal demostración de afecto llegase al extremo de mi dibujo, sobre todo con una coleguita que me gustaba.
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