Hemos visto que en el partido aprista se está librando una escaramuza territorial para asegurarse un lugar privilegiado en la cúpula. Así, por ejemplo, Del Castillo, sin comulgar con su apodo de tontito, tras su intento de madrugar a Mulder autoproclamándose candidato del Apra para las elecciones generales, fue defenestrado inmediatamente a mordiscos y puyas.
Lo irónico es que al “hortelano” no parece importarle la suerte de sus camaradas y al parecer ha decidido más bien coquetear con su vecino “metropolitano” olvidándose de una entrevista radial donde señaló que el próximo Presidente sería en verdad un outsider y que éste sería aprista… (diga). Adiositos, Mulder; adiositos, Jorgito; peléense nomás, total al menos de distracción sirven.
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