Todos los nueve de febrero se recuerda en Pucallpa la masacre que sufrieron los campesinos en 1989 en manos de la policía. Por este motivo el GOREU ha decretado esta fecha como el día del trabajador agrario. Para ello no tuvieron mejor idea que reunir a la población campesina y de los AAHH periféricos en el campo ferial de Yarinacocha mientras que los familiares de las víctimas hacían lo propio en el monolito que se alzó en la avenida Saenz Peña como recordatorio. Eso es lo irónico, mientras los verdaderos afectados rendían culto a sus muertos en otro escenario asumiendo la memoria de aquellos el Presidente regional olvidándose el verdadero motivo de la convocatoria dio rienda suelta a su donaire electoral y pecando de entusiasmo embanderó al alcalde de Yarina para su rereelección (¡dos son suficientes, la tercera es corrupción!) y a sí mismo como el candidato ideal para continuar al frente del gobierno regional. Sólo le faltaba bailar al estilo Fujimori, ¡Loro, lorito, loro!...
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