miércoles, 31 de marzo de 2010

chita la payasa

El vecino del sur ha cambiado de inquilino en medio de una tragedia que no quisiéramos que nos suceda. Sería gravemente devastadora. Felizmente los chilenos, para envidia nuestra, cuentan con reservas millonarias con el cual puede hacer frente su emergencia. En una entrevista leí que cuenta con billones de dólares en sus cuentas (el cálculo de las pérdidas del terremoto se aproxima a cincuenta mil millones de dólares – más de la deuda externa peruana), con razón la anterior Presidenta se negó en un inicio a recibir ayuda, tal vez disuadió su intención para disimular sólo su arrogancia.
Personalmente creo que Chile va a ser siempre un vecino de no fiar, el peso de la victoria que obtuvieron en la guerra del pacífico cobra en ellos excesiva arrogancia y en nosotros, sólo resignación. Ojala se pudiera superar ese trauma para garantizar la anhelada convivencia pacífica, pero mientras ellos se sigan armando y dándose alardes matonescos, nunca, nunca, deberíamos tenerlos confianza.

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