sábado, 3 de abril de 2010

negocio

Ha salido una noticia que señala que una colega de Arequipa le ha ganado al estado un juicio por el cual se le reconoce el pago por las horas de preparación de clases. Aproximadamente a la colega el estado le debe retribuir más de cien mil soles por todos los años que le ha dejado de pagar ese derecho. Ante ello, ni cortos ni perezosos, los dirigentes del Sutep se han puesto las pilas y han convenido, (me imagino que es a nivel nacional) comunicarles a sus agremiados sobre este hecho para incentivarles a seguir el mismo procedimiento que la colega de Arequipa. Claro, parece una buena noticia porque quién no querría llevarse un dinero extra a su casa y más si el monto bordea casi los cien mil soles (depende de los años de servicio). Pero la torta no está ahí. En realidad el dulce está en los veinte soles que se tiene que pagar para que el Sutep se encargue de seguir el proceso. Parece barato si se considera el beneficio de los interesados, pero multiplicado por los trescientos mil que aproximadamente son los agremiados (no sería raro que todos lo soliciten) la cifra sí sale gigantesca.
Como escuché a mi tío Perico decirle en una asamblea a un abogado angurriento, voy a repetir, “qué bonito, señor, (sutep) qué bonito”. El negocio es perfecto porque aún aquellas solicitudes tuvieran éxito, el Estado jamás podría asumir la deuda porque se iría a la quiebra, eso lo saben los dirigentes del Sutep, pero cuando se trata de negocios no prevalecen los razonamientos.

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