sábado, 14 de agosto de 2010

cayocho

Hace tiempo vimos como el expresidente George Bush, mientras paseaba por la devastada ciudad de Puerto Príncipe, evidenció su asco hacia la gente pobre al tener que raudamente limpiarse las manos en la camisa de Bill Clinton, quien lo acompañaba en el acto, después que un ciudadano haitiano le diera la mano. Se dice que hizo lo mismo apenas terminó de saludar a Barack Obama en la entrega de mando.
Aquella actitud, a grandes leguas, patética y criticable, no parece ser ajena a algunos políticos de nuestra localidad. Me han avisado que hay uno que cada vez que sale de campaña a las barriadas suele andar con un frasco de alcohol en la mano. Por supuesto que el alcohol no lleva para beberlo…

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