La ministra de Economía, aprovechando su notable popularidad, hizo público su deseo de ser Presidenta de la República, aspiración legítima – como diría el primer ministro Velásquez Quesquén –, sin embargo parece que no cayó de buen grado en las cúpulas oficialistas que descarte toda vinculación con el partido aprista para lograr tal anhelo, por lo contrario sugirió la creación de su propio grupo político. Ante la avalancha de críticas e insinuaciones de despido, se presentó en el programa de Rosa María Palacios para desdecirse con una frase metafórica que por cierto terminó siendo absolutamente descriptiva. Qué habrá dicho el chanch…, perdón, el presidente García.
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