Hace poco, en una conferencia de prensa que citó el presidente regional de Ucayali para explicar la posición sobre la ley de exoneraciones tributarias que está en debate, el accidental alcalde de Pucallpa se la pasó en las previas enseñando su nueva adquisición tecnológica, un blackberry, como si fuera uno de esos niños engreídos que saca cachita a sus amigos (el presidente regional y el alcalde de Yarina) por el nuevo juguete que sus padres (el pueblo) le han comprado. O este señorcito no tuvo una infancia feliz o es que su alienación (habla como pituco) es su oxígeno de sobrevivencia.
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