jueves, 31 de diciembre de 2009

HUESITOS


Recuerdo que antes, cuando salía a almorzar o comer fuera de casa, solía devorar todo, absolutamente todo lo que un plato contenía y peor si era una invitación de un familiar o un amigo; creía que sobrar comida en el plato era de mal gusto o un desplante gustativo. Los manuales finalmente me reconvinieron y ahora es de saber popular que dejar sobras de comida equivale a tener un cierto nivel cultural, sobre todo si uno está en un restaurante o un acontecimiento público. Parece demasiado mojigato esto o, como me dijo un amigo, una pose nice para nuestra condición social, pero creo que esta conducta es parte del protocolo colectivo o social. En nuestra casa, por cierto, esto ya es un suceso relativo.
No sé, pero a veces cuando observo que después de un almuerzo público, sale alguien a disputar a otro las sobras de los platos preocupándose en cubrir sus bolsas con armatostes de huesos, pienso que ni el nivel cultural, ni las teorías se sobreponen ante una verdadera necesidad…

No hay comentarios:

Publicar un comentario