La Dirección Regional de Educación de Ucayali – DREU –, como cualquier otra dirección similar de otra región, debería ser un baluarte de los mejores profesionales de Educación puesto que tiene la función de dirigir el avance educativo en la región. Sin embargo, es soberanamente frustrante observar que se ha vuelto en un asilo de profesionales, salvo honrosas excepciones, caducos que han perdido vigencia académica y actitudinal. Claro que esto es en realidad patrimonio de casi todas las entidades públicas, pero en Educación es aún más dramático cuando se procede a “premiar” a un profesor (a) o Director (a) con procesos administrativos – por faltas flagrantes – con un puestito en su dependencia. Como me decía una amiga, “Si quieres ir a trabajar a la Dreu, sólo debes cometer un delito”, qué bueno, ¿no?
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