jueves, 31 de diciembre de 2009

ITF

Una vez nos dijo nuestra profesora de Lengua, ante el reclamo que hicimos por el cobro de su examen que excedía al precio de una copia, que los padres de familia deben de alguna manera a ayudar económicamente a los profesores por la educación de sus hijos en vista de que el Estado sólo les asistía con un sueldo miserable. Bueno, ante ese argumentol tuvimos que pagar calladamente los treinta céntimos que costaba su examen cuando la copia valía diez. Sin embargo, no parece ético ni razonable. Al fin de cuentas quienes hemos estudiado Educación sabíamos del pobre sueldo que se ganaba. Nuestros alumnos no tienen culpa de eso.
Por ello me parece abusivo y hasta delictivo que algunos colegas planifiquen un examen con sobreprecios normales y más aún cuando se condiciona a pagar hasta cincuenta céntimos por una prueba de recuperación. Qué gracia.

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