sábado, 3 de abril de 2010

apagón

Estaba colgando, como suelo hacer siempre los fines de mes, mis caricaturas en el blog, y en eso, como un zarpazo salvaje, cayeron las sombras de la noche al que uno sólo evoca para escribir pero difícilmente a contemplar cuando se acostumbra al ajetreo de la vida “moderna”. A veces los apagones sólo se recuestan en un sector de la ciudad pero esta vez la devoró completa. Pucallpa parecía sufrir de luto por algún dolor ajeno. Ya hubiese querido que este apagón viniera el sábado anterior cuando se produjo “la hora del planeta”, pero no, los señores de electro Ucayali han decidió escoger a su antojo los momentos para nuestras sombras.
Siempre he sido incrédulo a las versiones de muchas personas que llaman después de los apagones a los medios denunciando el perjuicio que ocasiona aquel en sus artefactos, pero ahora que me acaba de suceder – se quemó mi cpu – qué me queda decir, sino, ¡&%”@$&%Ç! Me quedé huérfano o muerto varios días por su culpa.

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