Me parece que este estribillo se hizo popular cuando Cienciano ganó la copa Sudamericana y la Recopa. Desde entonces se deja escuchar con más frecuencia para alentar las fuerzas del que va disminuyéndose en una disputa. Ese es entonces el cantar para nuestros colegas que, aunque pocos, siguen convencidos de que ni la influencia de los jerarcas burócratas de la Dreu o de la Ugel o de la Apafa, ni la salmodia mercantilista de convenidos colegas, bastarán para legitimizar el mando de un déspota.
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